@REALEZA: LA FAMILIA REAL DE PAÍSES BAJOS VISITÓ GRECIA TRAS CELEBRAR PRINSJESDAG JUNTO A SU HIJA AMALIA.
La familia real de Países Bajos, con Máxima junto a su hija Amalia, tras celebrar Prinsjesdag junto a hija Amalia lucieron elegantes atuendos que incluyeron un «mono de seda» y un «dos piezas», que las mostró favorecedoras en lo estético, según los expertos en moda de los monarcas.
Tras la celebración del Prinsjesdag, madre e hija pusieron rumbo a Grecia para asistir a un evento solidario en memoria de Marianna Vardinogiannis. Máxima y Amalia recurrieron a su tradicional y particular estilo con sus looks al igual que la princesa Amalia y Christiana Vardinogiannis.
La princesa Amalia de Países Bajos tuvo que trajinar con compromisos reales y, a pesar de que su madre, la reina Máxima, está acostumbrada los actos oficiales y los viajes, la hija mayor y futura heredera se mantuvo en discreto segundo plano.
Tras asistir en La Haya a la celebración del Prinsjesdag, el acto más importante de la agenda de los Orange, la reina de los Países Bajos y la princesa fueron en un vuelo privado a Atenas, Grecia, donde asistieron a un evento solidario organizado en memoria de Marianna Vardinogiannis, quien era gran amiga de la familia.
Ambas, Máxima y Amalia, posaron con la organizadora, la hija de Marianna, Christiana Vardinogiannis, donde se ve a Amalia en su mejor momento estilístico y porqué su madre es una mujer tan admirada alrededor del mundo por su forma de vestir.
Máxima estrenó un «mono» de Elie Saab y la heredera al trono se decantó por un «dos piezas» de Max Mara que la princesa de Orange eligió ese traje en color que el diseñador define como fragola, rosa fresa empolvado.
El atuendo, realizado en lana virgen, está formado por una blazer con doble botonadura y bolsillos con solapa, y pantalón ancho de pinzas. El precio de ese conjunto es de 1.200 euros.
Amalia lució los complementos que llevó horas antes, en el Día del Presupuesto, una diadema de la marca Vilma con perlas doradas y que decoraba su rubio cabello, unos pendientes en forma de botón de la joyería Lott, de 220 euros, y un clutch de la firma Jacquemus, el modelo Carré, valorado en 770 euros.
En cuanto a Máxima, la reina dejó en La Haya el vestido de gala azul celeste con gran lazada en el hombro que había llevado en el Prinsjesdag, y lo cambió por un mono de Elie Saab realizado en seda cady color nude. Un diseño con cuello camisero y bolsillos exteriores en el pecho que presenta perneras acampanadas y cintura ceñida.
Los detalles de aberturas abstractas a lo largo de los puños y las mangas de obispo aportan un toque de fantasía a la silueta clásica.
En cambio, la reina de los Países Bajos le añadió a su estilo glamour con joyas de diamantes: un collar del joyero de los Orange, y unos pendientes de botones. Como su hija Amalia, Máxima lució unas cuñas de esparto, quizás para darle a su look un tono más informal.
El encuentro al que asistieron las realezas de Países Bajos fue organizado por la familia Vardinogianni, que tuvo la colaboración de la Fundación Marianna Vardinogiannis y la Asociación ‘WLPIDA-Amigos de Niños con Cáncer’.
Al acto también asistió la presidenta de Grecia, Katerina Sakellaropoulou y miembros de la familia real griega, entre ellos la reina Ana María y su hija Teodora.
Máxima y Amalia regresaron luego en un vuelo privado a los Países Bajos, pues ambas tenían que cumplir con la agenda real. La reina asistió a un acto sobre salud mental celebrado en Róterdam y acompañó al rey en la cena de gala ofrecida en el palacio de Noordeinde, en La Haya, en honor al consejo de Estado. A es velada también asistió Amalia, donde lució un vestido azul con escote cuadrado de Alex Perry.